Edición 37 Junio Año escolar 2020-2021 Del 8 al 11 de junio

SIMÓN RENGIFO DÍAZ
1A G1

“Hoy, ha llegado el día en que cerramos la etapa de chiquitines y comenzamos a ser grandes. Estamos creciendo no solo en estatura, también en vida, corazón y amor.

Durante estos años hemos sido muy felices aprendiendo de los profesores y ellos de nosotros. Superamos el reto de aprender a través de una pantalla y aunque no nos vimos durante meses, cuando nos reencontramos gritamos de alegría y nos abrazamos sin miedo.Cuando seamos adultos vamos a recordar estos bellos momentos y vamos a hacer el mayor trabajo para enseñarle a nuestros hijos lo que ustedes nos han enseñado.

Quiero agradecer a mis amigos de grado primero por su amistad  y decirles que que llegaremos a Nivel 2 unidos y felices como siempre.

Al Gimnasio Fontana le agradezco por su apoyo, por hacernos sentir valiosos, por enseñarnos a ser creativos y a cuidar nuestro planeta.

A mis padres les agradezco por elegir este colegio y ser siempre mis aliados. Los quiero mucho y espero que siempre nos llevemos en el corazón.”

ALEJANDRO VALLEJO FONTALVO
1A G2

“Gracias por dejarme dirigir estas palabras. Desde prekínder he estudiado en el Gimnasio Fontana, y siempre recuerdo que, cuando estábamos en modalidad presencial, íbamos de clase en clase entre talleres de arte, danza y música e íbamos al parque a jugar. Recordar esos momentos me llenan de alegría.

Cuando llegó la virtualidad tuvimos que adaptarnos junto a nuestros profes y padres de familia. Ellos, junto al Gimnasio Fontana, nos ayudaron y nos siguieron enseñando a pesar de que muchos otros colegios cerraron. 

Sé que pronto nos reuniremos todos otra vez. Gracias Gimnasio Fontana.”

TOMÁS D’ALLEMAN USAQUÉN
1C

“Para mi es un honor estar aquí y expresarles mis palabras de agradecimiento:

Estoy en el colegio desde prekínder y he tenido la fortuna de continuar con algunos amigos y profesores que me han acompañado desde el inicio. Llevo la camiseta de mi colegio con orgullo, amor y compromiso, luchando para ser una mejor persona, hijo, compañero y ciudadano cada día.

En nombre mío y de mis amigos, queremos agradecer a nuestros padres, hermanos, profesores, auxiliares y todo el personal de colegio por su esfuerzo, dedicación, enseñanzas, amor y compañía que nos han brindado cada día para ser los niños que somos: comprometidos con nuestro país y con el medio ambiente para construir un futuro mejor. Seguiremos esforzándonos cada día por cumplir nuestros sueños y ser felices.

Felicitaciones a todos mis compañeros por el primer logro cumplido de haber culminado el Nivel 1 y pasar ahora a Nivel 2. Los quiero.”

LIBRO RECOMENDADO DE LA SEMANA

EL ÁRBOL GENEROSO

Autor: Shel SilverStein

Había una vez un árbol que quería mucho a un niño. El niño venía a verlo todos los días y recogía sus hojas, y con ellas se hacía coronas para jugar al rey del bosque. Trepaba por su tronco, se columpiaba en sus ramas y comía sus manzanas.

El niño jugaba todo el día con el árbol y, cuando estaba cansado, se dormía en su regazo.

Lo cierto es que ambos se querían mucho y, desde luego, el árbol era feliz.

Pero el tiempo pasó y el niño dejó de ser niño. Conforme el niño se vaya haciendo mayor, el árbol irá pasando cada vez más tiempo solo. El niño ya será demasiado grande para trepar, o para jugar, o para columpiarse en sus ramas. Sin embargo, aunque ya no vaya a verle para jugar con él, veremos como el niño, ya adulto, seguirá acudiendo a él para contarle sus problemas, para pedirle cosas.

Estoy demasiado ocupado para trepar a los árboles, dice el niño. Quiero una casa que me proteja del frío. Y quiero una mujer y unos hijos, por eso necesito una casa. ¿Puedes darme una casa?

El árbol seguirá acogiéndole cada vez que vaya a pedirle cosas, dándole todo lo que tiene: sus manzanas, sus ramas para que se construya una casa, incluso su propio cuerpo, su tronco.

Habiendo sido tan generoso incluso para entregarse a si mismo, el árbol será feliz… Aunque la verdad es que no.

El niño, ya convertido en un anciano, volverá de nuevo a su lado, quizá habiendo comprendido que lo que el árbol le daba iba mucho más allá de lo material. Ya al final de sus días, el niño necesitará ya muy pocas cosas, sólo un sitio donde descansar y alguien con quien estar.